Colores, fantasías diseñadas por mil amaneceres que buscan escondites para la luna, no quieren que se disuelva, temen su huida, brillan que brillan las estrellas y las sombras doloridas, ella lo es todo, ella es su vida.
Luz del sol que amarilla regalas del viento los colores bellos, recuerdos evadidos de un cielo sin ilusión, cúpula celeste que rompe en desolación porque su azul un día le dijo su adiós.
Bebe cuentas de mil mares, cauces de ríos apagados, secos y rotos, tormentos imposibles de un ayer que ya dejó…, recuerdos y matices, semillas de ironía y un cuarzo gris por el que te veo a ti.
Quizá te diga el arroyo que se pierde en soledad porque tú no estás, él miente, ya verás, en la segunda esquina en la que el viento recorre sus pasos le veras regresar y será ancho mar, tú lo veras, agua sin lagrimas, cascarillas de metal.
Océano de infinito abismo, océano negro, cobijo roto de un alma sin brillo, miedos y atardeceres que ya se fueron, brillos celestes y rojos incendiarios que dijeron adiós…, solo negro y desolación.
Sereno es el equilibrio de La vieja plata que se desmorona en una o dos almas que se rebelaron, animas resueltas que desdicen de universos que dicen ser, que huelen a piel de viejos naufragios, aromas de hiel, mares azules que de gris son honestos y de esencias yacen disueltos.
Colores, colores es lo que siento, solo eso.
Balongo.
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